Aunque en el país nuestra ley de tránsito contempla los limites velocidad en calles y carreteras, hay quienes los violan, poniendo en peligro su vida y la de los demás.

Por desgracia, esta situación provoca una alta tasa de mortalidad cada año.

Es importante tener en cuenta que los límites de velocidad están para proteger. Y es que la rapidez también afecta la seguridad incluso cuando se está manejando el límite o demasiado rápido para las condiciones del camino, como por mal tiempo, cuando una carretera está en reparación o en un área de noche que no está bien iluminada.

Asimismo, el exceso de velocidad no sólo pone en peligro la vida del que va manejando, sino también a todas las personas que lo rodean.

 

Las consecuencias del exceso de velocidad.

  • Mayor potencial de pérdida de control del vehículo.
  • Reducción de la eficacia de los sistemas de protección de los ocupantes.
  • Aumento de la distancia de frenado.
  • Aumento del grado de lesiones en caso de un accidente.
  • Consecuencias económicas e incluso psicológicas de un accidente relacionado con la velocidad.
  • Aumento del consumo de combustible.

 

¿Qué impulsa el exceso de velocidad?

El exceso de velocidad es un tipo de comportamiento de conducción agresivo, que por lo general tiene varios factores que han contribuido a su ascenso:

  • Tráfico. Este es uno de los factores que contribuyen con más frecuencia a la conducción agresiva, como el caso del exceso de velocidad. Y es que los conductores pueden responder usando comportamientos de conducción agresivos, incluyendo apresurarse, cambiar de carril con frecuencia, o enojarse con cualquier persona que crean que impide su progreso.
  • Tiempo. Algunas personas manejan de manera agresiva porque tienen mucho que hacer y están «atrasadas» para el trabajo, la escuela, la casa u otra cita.
  • Anonimato. Debido a que un vehículo aísla al conductor del mundo, el conductor puede desarrollar un sentido de desapego, como si fuera un observador del entorno, en lugar de un participante. Esto puede conducir a que algunas personas se sientan menos limitadas en su comportamiento cuando no pueden ser vistas por otros y/o cuando es poco probable que vuelvan a ver a los testigos de su comportamiento.
  • Desprecio por los demás. Está comprobado que la mayoría de los conductores presenten una actitud agresiva, sin embargo, para otros, los episodios de manejo agresivo son frecuentes, y para una pequeña proporción de automovilistas es su comportamiento habitual. Pueden ocurrir episodios ocasionales de conducción agresiva en respuesta a situaciones específicas, como acelerar y cambiar de carril abruptamente cuando va retrasado para una cita importante, cuando no es el comportamiento normal del conductor.