Se convirtió en un ícono de diseño y en un fenómeno cultural como ningún otro, antes o después de él.

Llamado «Vocho», «Escarabajo», «Beetle» o «Fusca», «Tipo 60», «Bug», o «Käfer» son algunos de los nombres más populares con que fue conocido el pequeño auto diseñado en los años 30. Fue denominado oficialmente como el ‘Volkswagen Tipo 1’, fabricado entre 1938 y 2003 en 19 plantas ensambladoras en 15 países distintos. El alcance, influencia cultural y longevidad de los que disfrutó el Beetle deben haber sido imposible de imaginar cuando el 7 de mayo de 1945 Alemania se rendía incondicionalmente a las fuerzas aliadas, dando fin así a la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Conocido en ese entonces con su nombre oficial de Volkswagen Tipo 1, había sido el fruto de la idea de dictador alemán Adolfo Hitler de proveer al pueblo alemán de un automóvil económico, simple y confiable. En abril de 1934 Hitler comisionó al ingeniero Ferdinand Porsche el diseño de tal vehículo, al que Hitler se refería como «volkswagen» (carro del pueblo). El auto debía ser de mecánica simple y capaz de transportar a dos adultos y 3 niños cómodamente a velocidades de hasta 62 millas por hora sobre la creciente red de autopistas alemanas.

Porsche, quien se vio obligado a renunciar a su ciudadanía checa y adoptar la alemana para poder ser referido como ‘el gran ingeniero alemán’ por la máquina propagandística nazi, construyó varios prototipos de un auto con motor trasero enfriado por aire, como Hitler había ordenado para evitar radiadores congelados en los crudos inviernos alemanes, que estaban fuertemente influenciados por diseños previos suyos que no habían resultado en proyectos comerciales.

Rápidamente después de inicio del desarrollo del vehículo Porsche se vio desbordado por los requerimientos del proyecto, especialmente por no contar con las instalaciones para la construcción de los prototipos necesarios para las pruebas requeridas a fin de certificar el alcance de las exigencias de Hiltler. Por este motivo Daimler-Benz, antiguo empleador de Porsche, construyo una serie de prototipos entre 1937 y 1938, incluyendo 44 unidades listas de pre-producción, mientras Hitler terminaba la construcción de una gran fábrica para Volkswagen ubicada en Fallersleben en la Baja Sajonia en el área de Wolfsburg. El producto final fue designado Tipo 60.

En sus inicios la fábrica no construyó muchos Tipo 60 civiles ya que al inicio de la guerra en 1939 suproducción fue dedicada casi en exclusividad al esfuerzo bélico. Los pocos Tipo 60 que fueron construidos terminaron en manos de los oficiales nazis más privilegiados. La fuerza armada del Tercer Reich diseño varios vehículos militares basados en el Tipo 60 que conformaron la mayoría de la producción de la nueva fábrica durante la guerra.

La fabrica no tardó de ser blanco de los ataques aliados y sufrió importantes daños durante los intensos bombardeos. Sin embargo reinició sus actividades durante la ocupación británica, luego de haber sido limpiada de restos de bombas sin explotar y de que sus equipos fueron rescatados de los bunkers donde habían sido escondidos para salvaguardar su integridad física durante los ataques. Las labores de rescate tuvieron lugar gracias los esfuerzos del Mayor Iván Hirst del cuerpo de ingenieros eléctricos y mecánicos del ejército real británico quien convenció a sus superiores de la necesidad de reactivar la fabrica y producir vehículos nuevos para las fuerzas de ocupación.

Los primeros autos producidos, todos en color caqui militar fueron destinados a los miembros de las fuerzas armadas británicas. En 1945 la fábrica produjo un total de 1,785 unidades. Diez años más tarde la fabrica produciría su Tipo 1 (como el Tipo 60 fue rebautizado por los británicos) número 1,000,000.

La Volkswagen (fábrica y auto) fue ofrecida tanto a fabricantes ingleses como estadounidenses, quienes la rechazaron unánimemente, despreciando el valor técnico de su producto como un auto feo, débil y ruidoso. En vista de esa situación el gobierno británico devolvió la propiedad de Volkswagen al estado alemán.

Irónicamente el hecho de que nadie quiso a Volkswagen salvó su independencia.

A pesar del escepticismo inicial, el Tipo 1 rápidamente confirmó el valor de su diseño, superando sin problemas el performance de todos sus competidores contemporáneos en el área del los autos económicos.

De allí en adelante la carrera del Tipo 1 fue meteórica. Sus ventas rápidamente desbordaron las fronteras de Europa haciéndose muy popular el todos los rincones del planeta. El 17 de febrero de 1972 la producción del Beetle alcanzó el número de 15,007,034 unidades superando al Ford Modelo T, el auto que había mantenido el récord del auto más vendido de la historia por los últimos 45 años.

En Estados Unidos la recepción inicial al Tipo 1 fue tímida cuando llegó en 1949 pero su popularidad creció exponencialmente en relativamente poco tiempo. Especialmente después de una revolucionaria campaña publicitaria iniciada en 1959 que representaba las bondades del Tipo 1 o ‘Beetle’ como lo bautizó el público estadounidense, con una brillante mezcla de humor, inteligencia y algo de sarcasmo. Esta campaña es considerada aún hoy en día como la más exitosa de la historia de la publicidad e impulsó al Beetle a convertirse en el auto importado más vendido en Estados Unidos en los años 60. Volkswagen of America vendió su último Beetle en 1977 cuando fue finalmente sustituido por el Volkswagen Rabbit, con el que coexistió un par de años.

Los primeros Tipo 1 llegaron a México, país que se convertiría eventualmente en el principal y último productor del vehículo, en marzo de 1954 como parte del contingente de productos movilizados para la muestra ‘Alemania y su Industria’ celebrada en las instalaciones de la Ciudad Universitaria en la Ciudad de México. El auto no tardó en capturar la imaginación del público mexicano y en enero de 1964 Volkswagen se instaló oficialmente en el país a través de la constitución de la compañía Volkswagen de México. La filial mexicana de Volkswagen inició la construcción local del ‘Vocho’, como renombraron los mexicanos al Tipo 1, en su nueva planta de Puebla en octubre de 1967. 13 años más tarde, en 1980 Puebla construyó su unidad número un millón del modelo.

El Vocho fue producido en México ininterrumpidamente hasta el año 2003, cuando cesó su producción no por falta de popularidad o de demanda, sino porque su anciana tecnología no alcanzaba para cumplir con las regulaciones en materia de emisiones impuestas en la Cuidad de México. Los otros territorios de América Latina donde el Tipo 1 o ‘Escarabajo’ fue producido son Venezuela y Brasil, donde el público le dio el nombre de ‘Fusca’.

El Tipo 1 sirvió también como base para el diseño de, entre otros vehículos, el Volkswagen Tipo 2 o ‘Microbus’, la icónica minivan que, aunque lanzada en 1950, representa como pocos otros vehículos el espíritu hippie de la segunda mitad de la década de los 60.

 

También sirvió para el hermoso Volkswagen Karmann Ghia (1955-1974), el primer automóvil deportivo de Volkswagen, el cual es hoy uno de los autos más codiciados por los coleccionistas de automóviles.

El Tipo 1 puede ser considerado un fenómeno industrial, cultural y hasta mediático. Su influencia en muchos ámbitos de la actividad humana en el mundo occidental aún se hace sentir, 14 años después de la construcción de la última unidad y de 21.5 millones de unidades vendidas. El Tipo 1 cuenta con una fanaticada multicultural, multirracial y multigeneracional a través de todo el planeta, y como si eso no fuese suficiente aquella ruinosa fábrica que nadie quiso tomar ni regalada en 1945 se convirtió, a pesar de los escandalosos errores cometidos en los últimos años, en el conglomerado industrial que más automóviles vendió en el mundo en 2016, lo que lo convierte hasta nuevo aviso en el constructor de automóviles más grande del planeta.