Algunos modelos fueron considerados verdaderas trampas mortales para sus ocupantes.

Ford Model T.

El primer modelo fabricado en serie en el mundo (1908) carecía de sistemas de seguridad. Se sabe que su creador, Henry Ford, evitó instalar frenos delanteros para reducir costos en su producción y solo incluyó un claxon, faros delanteros y parabrisas como parte de su equipamiento de seguridad.

Chevrolet Corvair.

Este modelo de Chevrolet era vendido sin sistemas de seguridad, lo cual era un problema de muchos autos de la década de los 60. El Corvair prescindía de columna de dirección colapsable y cinturones de seguridad de tres puntos. Además, el diseño del eje trasero provocaba sobreviraje. Este auto tuvo una vida de 1960 a 1969.

Porsche 911 (901).

Su problema era una dirección imprecisa y tendencia al sobreviraje, lo cual era ocasionado por su configuración de motor trasero y ligero peso. La solución de Porsche para equilibrar el peso fue instalar pesas de acero en el parachoques delantero para mantener al auto en el suelo.

Ford Pinto.

Otro modelo trágico para la industria automotriz, que a mediados de los 70 cobró la vida de 900 personas y provocó cientos de demandas en contra de Ford. El problema radicaba en un defecto en el tanque de combustible que en caso de un choque trasero se rompía. En 1978 la marca del óvalo azul decidió instalar un sistema de seguridad que evitaba esa falla.

DeLorean DMC-12

Sus puertas de ala de gaviota tan características eran un problema en caso de accidente, pues los ocupantes no podían salir. El hecho de que la carrocería de acero inoxidable estuviera montada sobre un chasis de fibra de vidrio tampoco lo hacía el más seguro. Después de un impacto a 50 mph. el auto quedaba como una lata aplastada.

Pontiac Fiero.

En 1984 se incendiaron 260 ejemplares de este modelo (sin pérdidas humanas que lamentar) por problemas de diseño e ingeniería. Pese a que un año después Pontiac resolvió el problema, el auto no pudo desprenderse de ese antecedente y fue retirado del mercado en 1988.

Yugo GV.

Este modelo, cuyas siglas significaban ‘Gran Valor’, llegó a Estados Unidos directamente de Serbia y nunca fue confiable, además de tener un diseño poco atractivo. La conducción no era buena y se supo de algunos accidentes a causa de su poca seguridad.

Chevrolet Cobalt.

Accidentes con más de 200 muertes, según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) sucedieron en Estados Unidos debido a un problema en el sistema de encendido del auto, lo que provocaba que se apagara estando en marcha. Cabe aclarar que General Motors sólo reconoció 12 de esas muertes. La falla provocaba que todas las asistencias y sistemas de seguridad del auto quedaran sin funcionar, convirtiéndose en una trampa mortal para sus ocupantes.

Ferrari 458 Italia.

Este caso fue muy sonado en 2010 en los medios de comunicación, ya que este superdeportivo se incendiaba espontáneamente. Se supo que la causa era un adhesivo muy inflamable que unía el paragolpes trasero, el cual se prendía por el calor emanado del escape. En respuesta, Ferrari anunció ese año un llamado a revisión de 1,248 autos en todo el mundo, para solucionar ese problema.