Iniciamos la época de verano y desde ya comienzan los planes para tomar carretera y disfrutar fuera de la ciudad para contrarrestar el calor y aprovechar las vacaciones de los niños.

Mantener el vehículo en buen estado es indispensable para viajar con seguridad y para mantenerlo y cuidarlo en esta época en la que el calor puede atacar hasta a tu carro, debido a días expuestos al sol, por lo que se puede resentir si las temperaturas son muy altas.

Lo que debes tomar en cuenta este verano:

Antes de un viaje largo, sobre todo, es importantísimo asegurarse de que el estado de tus gomas es el óptimo. Las ruedas, como dice el tópico, son los únicos elementos en contacto con la carretera. Unos neumáticos desgastados o con una presión inadecuada pierden adherencia y capacidad de frenada e influyen en el consumo de carburante. Del mismo modo, el incremento de las temperaturas supone un aumento de los pinchazos y los reventones, por lo que hay que asegurarse, periódicamente, de que estén en buen estado.

Los frenos y amortiguadores son más componentes relevantes a la hora de circular con seguridad. En primer lugar, los frenos son los que más sufren el calor, ya que actúan por fricción y se someten a temperaturas extremadamente elevadas. Los discos pueden llegar a combarse en verano, por lo que se perderá capacidad de frenada, haciendo más peligrosa la conducción. Del mismo modo, los amortiguadores posibilitan que el vehículo se mantenga estable durante la marcha, por lo que es vital revisar que estén en buen estado y cambiarlos si es necesario.

DEBAJO DEL CAPÓ

En cuanto al motor, sobre todo antes de los viajes largos, es importante revisar que la correa de distribución esté en buenas condiciones, ya que, en caso de fallo, puede averiar muchos componentes y resultar en una de las reparaciones más caras para un vehículo. Además, un mal estado de la correa también puede aumentar el consumo en hasta un 20%. Una vez revisado este elemento, lo mejor será ir mirando los niveles de líquidos del propulsor. Empezando por el aceite, que desempeña una función vital en el corazón del vehículo, y siguiendo por el líquido de frenos, clave para la seguridad de los ocupantes, el gas refrigerante y el líquido limpiaparabrisas. No habrá que olvidarse tampoco de echar un ojo a la batería, capaz de dejar tirado a cualquier coche sin previo aviso solo por quedarse sin energía.

Además de revisar los componentes antes mencionados, no está de más hacer algunas comprobaciones extra. En primer lugar, es importante hacer las revisiones indicadas por el fabricante, en el que se sustituirán elementos como los filtros, el aceite u otros componentes según lo requiera el vehículo. Además, dedicar tiempo a asegurarse de que no hay fugas de ningún líquido asegurará una conducción más segura y un mejor estado del coche. Por último, echar un ojo al consumo puede prevenir una avería costosa. Si el consumo sube sin motivo, habrá que ir al mecánico porque podrá ser síntoma de avería grave o pérdida de combustible.