Tras ser prohibidos los autocines luego de la Revolución Islámica en 1979, a consecuencia de la pandemia vuelven a implementarse en Iran.

Los autocines fueron condenados por considerarse que eran espacios que ofrecían más de la privacidad que podía ser permitida a parejas que aún no estaban casadas.

Las medidas de seguridad tomadas en estos espacios por parte de los empleados es limpiar con desinfectante los vehículos al momento en que ingresan al parqueo.

Cabe resaltar que en este país se han reportado más de 98,600 casos y más de 200 muertes, aunque expertos locales e internacionales reconocen que la cifra probablemente es mucho mayor.

Muchos de los gobiernos aliados a Rouhani, un relativo moderado en la teocracia chiita de Irán están en contra “Exodus”, la cual es la única película exhibiéndose actualmente, producida por una firma afiliada a la rígida Guardia Revolucionaria de Irán. El filme del director Ebrahim Hatamikia se enfoca en agricultores de algodón cuyos campos son destruidos por el agua salada traída por represas locales. Los agricultores, liderados por un actor que parece la respuesta de la República Islámica al vaquero americano Sam Elliott, conduce sus tractores a Teherán para protestar ante el gobierno.

Existe un precedente para esta indignación. Irán había construido represas alrededor del país desde la revolución — especialmente bajo el gobierno intransigente del entonces presidente Mahmoud Ahmadinejad — que los ambientalistas señalaron por dañar ríos navegables y tierra de labranza. Pero esta película en vez presenta “una protesta de campesinos contra la autoridad local que, simbólicamente, se parece al gobierno del presidente Hassan Rouhani”, dijo el diario Tehran Times, propiedad del estado.