Una edición especial de su modelo «Huracán» de color blanco y con detalles en oro, los colores de la bandera del Vaticano.

La donación realizada por marca italiana de vehículos deportivos de alta gama, tuvo lugar el miércoles 15 de noviembre, antes de la Audiencia General, frente a la Casa Santa Marta, en el Vaticano.

Pero el papa Francisco no tiene ninguna intención de disfrutar los 610 caballos de fuerza que el motor V10 de 5.2 litros que produce. Después de bendecir el carro y firmar su capó, el pontífice ordenó subastarlo para poder destinarlo los recursos a fines sociales. La misma será realizada por la casa Sotheby’s en una fecha aún por anunciarse.

En la ceremonia de la bendición estuvieron presentes Stefano Domenicali presidente de Lamborghini así como miembros de la junta directiva del fabricante y dos de los trabajadores que ayudaron en la construcción del vehículo.

“Hemos agradecido al Santo Padre y le hemos asegurado que daremos un profundo sentido a su regalo al traer a miles de cristianos más de vuelta a Nínive”, han dicho Alfredo Mantovano y Alessandro Monteduro, Presidente y director de ACN-Italia, presentes esta mañana en la entrega del elegante coche.

Los beneficios resultantes de la subasta se entregarán al Santo Padre, para repartir lo recaudado en tres proyectos humanitarios: ayudar al retorno de cristianos a la meseta iraquí de Ninive a través de la reconstrucción de sus casas; la comunidad papa Juan XXIII, que ayuda a mujeres víctimas de la trata y la prostitución; y a dos organizaciones italianas que prestan ayuda humanitaria en África, especialmente a mujeres y niños.

El precio regular de un Lamborghini Huracán es de 183,000 euros, el equivalente a 216,000 dólares, pero la expectativa es que el carácter único de este modelo, haga que la subasta supere esa cifra considerablemente.

El Lamborghini Huracán, introducido al mercado en el año 2014, es el modelo más ‘básico’ de este fabricante.