Gracias al éxito de SpaceX en el lanzamiento del Falcon Heavy, este auto está lleno de secretos a la ciencia ficción.
En la imagen se muestra que el Tesla Roadster tiene escritas en la pantalla del salpicadero las palabras “Don’t panic”, («no te asustes»). Una frase que hace referencia a la saga de “La guía del autoestopista galáctico”, que pasó a la fama en las décadas de los 70 y 80, y que nos ha dejado hasta un día conmemorativo el 25 de mayo llamado el “Día de la toalla”.
Justo encima de la pantalla lleva fijado otro detalle curioso: una reproducción en miniatura del propio Roadster. La encargada de fabricar esta réplica ha sido la empresa de juguetes Hot Wheels, que lleva tiempo vendiendo reproducciones de los modelos de Tesla. También, en el maletero llevaba una colección de libros de Issac Asimov. En concreto la “Trilogía de la Fundación”, otra saga de ciencia ficción conocida entre otras cosas por las afamadas “Leyes de la robótica”.
Otro secreto que se puede ver si se echa un vistazo a su interior, una de las placas de sus circuitos lleva impresa la frase: “Made on Earth by humans”, “Fabricado en la Tierra por humanos”. Algo que ya hizo público el propio Elon Musk a través de Instagram cuando estaban ultimando los preparativos.
El detalle final que han incluido es el inusual conductor que han puesto al volante del coche. Se trata de un maniquí vestido con traje de astronauta que ha sido bautizado como Starman, título de una de las canciones de David Bowie. Un nombre muy apropiado teniendo en cuenta que durante el lanzamiento del Falcon Heavy sonaba otro de los temas del cantante británico: “Life on Mars?”, al igual que en el vídeo de simulación publicado por la compañía aeroespacial.
Puede que este último detalle haya ayudado a implantar la creencia errónea de que el Tesla Roadster va en dirección a Marte. Ni él ni el Falcon Heavy van en esa dirección. En realidad, este coche va a dibujar una órbita elíptica alrededor del sol, justo entre las que recorren la Tierra y el planeta rojo. Un destino mucho más factible que la de acertar en Marte con un vehículo que no tiene ningún medio de propulsión para optimizar su trayectoria.
El Tesla Roadster es esencialmente igual a los que se van a fabricar por la empresa estadounidense, pero es muy posible haya sido modificado para enfrentarse a las extremas condiciones del vacío del espacio. Como cualquier coche, aunque se trate de un eléctrico, tiene piezas que pueden reventar al exponerse a cero atmósferas de presión: ruedas, tanques del líquido de transmisión, dirección y frenos, etc.
Para lo que es más difícil preparar un vehículo de estas características es para el frío intenso, las partículas que flotan en el vacío y la radiación electromagnética. Todas las piezas no metálicas se degradarán con cierta velocidad por estar fuera de la protección que nos brinda el campo magnético de la tierra. Un problema que no sabemos si han solucionado en SpaceX, pero que probablemente no se hayan detenido a subsanar, ya que es improbable que volvamos a ver el Tesla Roadster con tanto detalle durante su viaje espacial.