Los malos hábitos pueden llevar a una avería mecánica que puede costarte caro.

A continuación te detallamos las fallas más comunes que se reportan en los coches y las cuales pueden ser prevenidas siguiendo estas recomendaciones, y ayudarte a ahorrar mucho dinero:

Desgaste en la palanca de velocidades.

Es un mal hábito colocar siempre la mano sobre la palanca de velocidades de un auto con transmisión manual. Al final estás ejerciendo una presión que derivará en el desgaste del mecanismo. Como consecuencia experimentarás vibraciones y es probable que la realización de los cambios no sea tan precisa. Ni qué decir de lo que costará reparar toda la caja de velocidades.

Desgaste de frenos.

Pisar el pedal del freno innecesariamente provocará desgaste en discos y pastillas, menor resistencia del líquido de frenos y probablemente hasta deformaciones en los discos que se traducirán en vibraciones en el volante al frenar. Frena solo cuando sea necesario. Si viajas en carretera aprende a utilizar el freno de motor, te dará más seguridad al mismo tiempo que reduces el desgaste de los frenos.

Daños en el turbo.

Si tu auto cuenta con motor turbo y ha sido sometido a un gran esfuerzo, es decir ha realizado un largo recorrido, y lo apagas inmediatamente cuando te detienes, provocarás que el aceite acumulado se carbonice y dañe al turbo. Tu carro viene de haber rodado a una velocidad alta, el turbo está a una alta temperatura y es necesario dejarlo reposar antes de apagarlo por completo.

Desgaste del pedal de embrague.

Esta falla es provocada por el mal hábito de mantener pisado el pedal de embrague aun cuando el auto está detenido en un semáforo. Recuerda que lo único que provocas es que sus partes internas rocen y con ello un desgaste innecesario que te obligará a sustituir el embrague por completo.

Deterioro en la válvula EGR y catalizador.

Esto lo ocasionas cuando manejas a baja revoluciones, dañando la válvula de recirculación de gases de escape (EGR) debido a la mayor acumulación de sedimentos, los cuales también se pueden localizar en el catalizador. El daño será mayor en el caso de vehículos con motor diesel, donde incluso su filtro de partículas se saturará más. Si creías que tener menos revolucionado el motor es bueno, ahora puedes ver que no es así.

Desgaste irregular o ponchadura de llantas.

Cuando no estás acostumbrado a revisar la presión de los neumáticos puedes causarles daños cuando el auto se encuentra en movimiento. Si vas a alta velocidad puede reventarse alguna llanta y dañar los pasos de rueda. La solución es sencilla, revisa al menos una vez al mes la presión del aire. Si no sabes la medida indicada a la que debe estar inflada tu neumático, revisa en el manual del propietario, el marco de las puertas o la tapa del depósito de combustible.

Daños en la suspensión.

Esto puede ser ocasionado por dos razones. Una de ellas es por estacionar la mitad del auto (lateralmente) sobre la banqueta. La inclinación podría ocasionar problemas de nivelación de la suspensión.
La segunda razón es cuando no frenas adecuadamente al pasar un borde o un bache. Por eso es recomendable frenar antes de pasar cualquiera de estos y no cuando estás en ellos, ya que solo cargarás el peso del auto hacia el eje delantero. A menos que tu vehículo sea un todoterreno, es preferible tener cuidado al hacer esta maniobra.

Desgaste del motor.

Cuando el auto ha estado parado por muchas horas y es momento de encenderlo, dale al menos unos 10 segundos antes de emprender la marcha. Así lograrás que el aceite llegué a todas sus partes del motor, las lubrique y el aceite alcance su temperatura ideal. Cuando enciendes un motor en frío y de inmediato aceleras, provocas un desgaste interno de sus piezas y la reparacón puede ser muy costosa.

Averías en el aire acondicionado.

Por curioso que resulte, hay gente que no utiliza el aire acondicionado por la idea de ahorrar combustible. No es bueno hacer esto, es un sistema que debe funcionar de vez en cuando durante mínimo 10 minutos. Solo así podrá lubricarse y mantener en buen estado el compresor.