Toyota dará acceso gratuito a sus patentes para vehículos híbridos hasta 2030. Así lo anunció el fabricante nipón, bajo la intención de expandir el uso de tecnologías de emisiones reducidas mientras que el vehículo completamente eléctrico se abre paso en el mercado.
En un movimiento similar al que hizo Tesla hace casi cinco años, es ahora uno de los mayores fabricantes de vehículos a nivel mundial quien facilita ese punto intermedio. Lo hace con su portafolio de cerca de 24.000 patentes, de las que hacen uso sus vehículos Prius. Con un matiz: no se incluyen las relativas a sus baterías de ión de litio.
Por supuesto, esta cesión sin intereses viene con una oferta detrás a sus competidores. La de proveerles con componentes, que van de motores, transformadores o baterías, para sus vehículos híbridos en sus vehículos de emisiones reducidas.
De esta forma, los fabricantes tienen un incentivo más para entrar en el mercado de los vehículos híbridos, pues es será más económico ponerlos a la venta si carecen de una capa de tasas extra. Si no quieren o pueden diseñar todos los componentes, ahí está Toyota para venderles el resto.
Movimiento relevante
El futuro es totalmente eléctrico, y Toyota lo reconoce. Tanto es así que afirma que este movimiento es puramente transitorio, y ya está abandonando el diesel total en Europa. Pero el híbrido sigue siendo relevante para ellos, puesto que el fabricante japonés mantiene un 80% de cuota de mercado en este segmento.
Aunque parece que la fiebre por el eléctrico es relativamente reciente, fue ya en 1997 cuando Toyota lanzó el Prius original en su país natal. Desde entonces, este modelo y sus sucesores han vendido más de 13 millones de unidades.
Estos vehículos son más eficientes que los vehículos de combustión tradicionales, ya que recuperan parte de la energía en el frenado, almacenándola en unas relativamente modestas baterías y utilizándola en un segundo motor eléctrico. Si más actores se pasan adoptan el vehículo híbrido, se abre la adopción de baterías mientras que se escala su producción.
Toyota se compromete a ceder estas patentes hasta 2030, año a partir del cual previsiblemente se seguirán vendiendo los diseños basados en esta tecnología. De esta forma Toyota amplía sus ingresos potenciales en una doble vía: produciendo las piezas faltantes y cobrando por estos diseños una vez se hayan asentado en el mercado.
Pero Toyota tiene otro huevo en la cesta, con el que realizó un movimiento similar. Se trata de los vehículos de hidrógeno, en los que ya en 2015 cedió el uso de sus patentes hasta 2020, año en el que prácticamente estamos encima.