Para el 2014 el promedio de importaciones de vehículos era de 124, mientras que para el 2020 esa cifra se multiplicó a una cantidad 1,905 vehículos, por tal motivo la Superintendencia de Electricidad (SIE) señaló que se requiere de un marco regulatorio que incentive y norme el uso de los vehículos eléctricos, así como la búsqueda de una solución definitiva a los problemas del transporte terrestre y de la seguridad vial.

El uso de vehículos eléctricos es una alternativa de futuro para cerrar el ciclo del uso de combustibles fósiles, por su alta fiabilidad y por significar una de las mejores prácticas amigables con el medioambiente.

«La SIE, como ente regulador del sector eléctrico dominicano, tiene la atribución sobre la reglamentación para la movilidad eléctrica en el país, incluyendo los aspectos tarifarios y estaciones de carga, por lo que el mes pasado inició la consultoría “Elaboración Normativa para la Electro-Movilidad en República Dominicana” con el objetivo principal de abarcar los estudios necesarios para el desarrollo de esta regulación», señala la institución en un comunicado.

La mesa de trabajo técnica, liderada por la SIE y conformada por el Ministerio de Energía y Minas (MEM), la Comisión Nacional de Energía (CNE) y el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) y el Proyecto Transición Energética, ha demostrado grandes avances desde su inicio.

«Los participantes han agotado varias sesiones con el objetivo de desarrollar capacidades sobre los aspectos fundamentales para la regulación de la movilidad eléctrica como la comercialización, interoperabilidad, tarifas, aspectos técnicos y de seguridad, impacto en la red y consumo de energía, carga inteligente, registro y transacciones de las estaciones de carga, aspectos jurídicos y mejores prácticas internacionales entre otros», indica el referido comunicado.

Esta consultoría, a cargo de la empresa alemana Energynautics y el grupo argentino Mercados Energéticos, ambos consultores de experiencia en estudios similares, se da gracias a la colaboración técnica y los fondos necesarios otorgados por la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) a través de su Proyecto de Transición Energética.