Este vehículo con forma de cubo es el «Partisan One», un SUV con el propósito de ser el vehículo más duro del mundo.
La marca de fabricación alemana se atreve a ofrecer una garantía de hasta 100 años, tratando de desplazar a los Mercedes-Benz Clase G y a los Land Rover Defender en lo que a fiabilidad se refiere.
Es quizá uno de los coches menos atractivos que se hayan fabricado en el mundo, aunque hay que reconocer que debe ser práctico.
Este modelo de inspiración militar responde según la marca a la necesidad de algunos usuarios de un vehículo duro y extremadamente fiable para quienes la estética es más un impedimento para sus objetivos que una ventaja. El resultado es un coche que parece salido de una caja de Tente.
Si en algún rincón de tu mente estabas dudando sobre la procedencia germana del Partisan One, lo cierto es que el diseño ha corrido a cargo del ingeniero Juri Postnikov. Sí, efectivamente, un ruso con afición por los ángulos rectos. Sólo aparcó la escuadra de su mesa de trabajo para hacer algunos círculos con los que tratar de aligerar la chapa exterior.
Si la estética no era una prioridad, lo que sí han intentado al menos es que fuera práctico, montando sobre una estructura muy simple una carrocería que deje rápidamente a la vista la mecánica para poder sustituir cualquier pieza en caso de avería y admitir un amplio abanico de motorizaciones en función de los deseos de cada cliente.
De momento monta un propulsor diésel de origen Fiat de 2.8 litros de cilindrada y 150 caballos de potencia, pero podría incluir también una conversión sencilla a motor eléctrico, o incluso híbrido.
La carrocería también es modular (sólo faltaría), con opciones de tres o cinco puertas en configuración pick-up y la opción de incluir una versión de tres ejes y tracción 6×6, o la aún más loca de ocho ruedas que tienen en desarrollo. El modelo de las imágenes sería el más pequeño y ya mide 4,72 metros de largo por 2,30 de ancho y 2,23 de alto.
Pero lo mejor viene ahora, porque esta mole de peso no declarado al estar pensado para aplicaciones militares está vestido con un traje de chapa galvanizada antióxido y antiminas (opcional). Si te has enamorado, su precio parte de los 49.500 euros.
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