Según el legendario ejecutivo automotriz Bob Lutz, habrá un futuro en el que los automóviles serán reemplazados por módulos de transporte auto-conducidos.
Predice que “la era del automóvil tripulado por humanos, sus talleres de reparación y sus concesionarios, así como los medios que los cubren, no existirán en 20 años.”
Lutz, quien junto a Lee Iacocca -padre del Mustang- son las dos últimas leyendas vivientes del automóvil del siglo XX. Sirvió en altos puestos ejecutivos en compañías como BMW, Ford, Chrysler y General Motors; además, cuenta dentro de su portafolio de logros, modelos tan trascendentales como el BMW Serie-3 original, los Ford Sierra y Explorer, el Dodge Viper y el Chevrolet Volt.
En el año 2008, cuando era vicepresidente encargado del desarrollo de productos de General Motors, Lutz declaró que la electrificación del automóvil es inevitable.
Asegura que así como le ocurrió al transporte a caballo hace 130 años, en un plazo de 20 años el automóvil tripulado dejará de ser el medio de transporte prioritario para el ser humano.
Predice un futuro en el que los automóviles serán reemplazados por módulos de transporte auto-conducidos que cobrarán por viaje. Estos vehículos se fusionaran en trenes mientras viajen en las autopistas y se separarán de la caravana al llegar a su destino, aunque cree que algunos individuos tendrán sus propios módulos.
Piensa que el punto de inflexión será finalmente alcanzado, cuando el 30% de los vehículos en las calles sean autónomos, pero el 99.9% de los accidentes de tránsito siga siendo causado por tripulantes humanos. En ese momento se hará obvio para todos donde reside el problema y será corregido.
No importará si público aún no confía en la tecnología de conducción autónoma, ya que no formará parte de la ecuación. Cree que los que necesitan aceptar al vehículo autónomo son los grandes operadores de flotas de vehículos como Uber, Lyft, UPS, Fedex, USPS y Amazon.
Podrán haber módulos lujosos o sencillos, grandes o pequeños, personales o colectivos, lo que no habrá serán módulos más potentes que otros, ya que nadie estará haciendo rebases en las autopistas.
Lutz declara que este cambio conllevará la muerte del performance. No esperen ver a Ferrari o a Lamborghini fabricando módulos. De hecho, advirtió que los fabricantes que no se adapten al cambio pronto desaparecerán.