Te ha pasado, que gritas, pataleas o maldices en el auto cuanto estás en un tapón, otro conductor hace una mala maniobra o te mira mal.

Esta situación es más común de lo que piensas, el estrés en el auto acaba con tu paciencia y deteriora poco a poco tu salud mental y física. Para controlar el enojo mientras conducimos, es importante entender porque es provocado y cómo podemos minimizar su efecto.

Según los expertos, la razón de nuestro enojo es principalmente porque percibimos el interior del auto como uno de los lugares donde nos sentimos más seguros y al tener ese sentimiento de protección, cuando alguien o algo altera ese espacio de confort, nos vemos vulnerables y la reacción impulsiva es la agresión.

Otra razón es que comprende en la cordialidad y la convivencia con la que estamos acostumbrados a llevarnos, pues cuando se es educado con los demás, se espera que ellos también lo sean con nosotros y al tener una respuesta negativa de algunas personas que nos rodean, la actitud positiva con la que se inició va deteriorándose hasta caer en la agresividad y la intolerancia.

Por ejemplo cuando nosotros respetamos las normas de tránsito y las reglas de convivencia, nos formamos para tomar un carril de salida de una avenida, aunque la fila para salir sea larga, pero cuando no tenemos la capacidad de tolerar y vemos que algún vivo se mete desde el carril lateral hasta la entrada y quiere meterse, el impulso de agresividad salta y queremos evitar que logre su acción a toda costa, aunque eso signifique que tal vez lo alcancemos y discutamos para tener un rato de furia que podría arruinar todo el día.

La otra razón que afirman los expertos es que toda aquella persona que es agresiva al volante es un poco cobarde, pues sólo se atreve a desafiar a los demás cuando sabe que hay algo que le protege y existen pocas posibilidades de que puedan partirle la cara, es decir, en el auto está en una burbuja que le da la cobertura. También están las personas que incluso están armadas y utilizan esa sensación de seguridad que les da el artefacto para ocultar su cobardía, pues es su zona de confort, tal como se ha visto en algunos casos de discusiones viales donde el conductor más agresivo es el que sale con un arma del interior de su auto.

Una observación más es que cuando hacemos algo mal en el auto regularmente no lo aceptados, dado a que existe la tendencia de sentir el auto como un refugio, una especie de la extensión de nuestra casa, por lo que es normal que sintamos que podemos hacer lo que nos venga en gana y nadie puede decirnos que está bien o mal.

Hay que señalar que todo esto puede terminar en solo una cosa, algún accidente vial por imprudencia de los conductores involucrados por no saber cómo controlar la ira.

Para reducir el nivel de estrés y agresividad al volante los expertos recomiendan modificar los horarios de salida y prevenir los atascos, mejorar el confort en el habitáculo limpiando el interior, adaptar la temperatura nuestro gusto, poner la música que más nos guste y de preferencia relajante. Además de adoptar una postura correcta y evitar manejar cuando tenemos un mal día y estamos de mal humor o agotados

También debemos procurar estudiar las mejores rutas y en caso de que no se tenga opción, desde un principio hay que asumir que habrá tránsito pesado y mientras conducimos debemos evitar mirar el reloj.

No olvides que al tocar la bocina con insistencia, gritar de manera hostil o aventar el auto a otros conductores no hará que el tránsito fluya con más rapidez. También se recomienda no perder la concentración y desarrollar una capacidad de tolerancia más amplia y racional.