Aunque parece mentira, hay ciertas cosas que hacemos que lentamente estámos acabando con su vida útil.

La mayoría de esos hábitos los repetimos de forma inconsciente, aunque debemos tener mucho cuidado para no provocarle daños a nuestro vehículo.

Forzar el acelerador.

Cuando te enojas porque los vehículos que van delante de ti no avanzan a la velocidad que tu quieres y aceleras a fondo, en realidad le estás haciendo un daño al motor al revolucionarlo de tal forma, por no hablar que gastas más gasolina y provocas más contaminación.

Maltratar la palanca de cambios.

Hay conductores que manejan autos con transmisión mecánica y que al no saber muy bien cómo funciona, se van tres calles en primera, tres en segunda y hasta que casi llegan al semáforo meten tercera. Muchos de ellos, desconocen que hay una cuarta, una quinta y hasta una sexta velocidad que permiten que el motor trabaje sin tanto esfuerzo, revolucionándolo de forma adecuada.

También golpear constantemente la palanca de velocidades, ya sea por seguir el ritmo de la música o bien por impaciencia, tampoco le hace bien a nuestro auto.

Hay algunos automovilistas que conducen autos con transmisión automática, llegan al semáforo en rojo, manteniendo el cambio en «D» (Drive) y pisando el freno, lo que no es recomendable pues esto producirá problemas de consumo y desgaste. Lo mejor  es poner el cambio en «N» (Neutro).

No solo es gasolina.

Además de utilizar gasolina, no debemos olvidar revisar otros aspectos muy importantes de nuestro auto, como la presión de las llantas, por lo menos una vez por semana. Tampoco debemos pasar por alto verificar niveles de aceite, coolant y lubricantes de transmisión por lo menos una vez al mes.

Saltar el mantenimiento.

Tal vez por costo, tal vez por comodidad, pero existen muchos automovilistas que evitan hacer los mantenimientos regulares de su auto nuevo en el concesionario, sin saber que eso, además de anular la garantía, puede resultar perjudicial al ignorar si el taller a donde lo llevamos utiliza piezas nuevas y afines con el modelo de nuestro auto.

Alto volumen.

Los autos nuevos de la actualidad cuentan con muy buenos altavoces, pero la mayoría de ellos no están hechos para soportar el máximo volumen. Escuchar música a todo volumen constantemente puede provocar, además de lesiones en tus oídos, que las bocinas se dañen y con el paso de los meses, comiencen a escucharse muy mal.

Los hoyos, reductores, etc.

Pasar un hoyo o policía acostado a alta velocidad, por prisa o simplemente porque no quieres darle el paso a otro automovilista no sólo te habla mal de ti, sino que daña poco a poco los componentes de la suspensión de tu auto.

Sobrecargar el auto.

Cuando convertimos nuestro auto en un vehículo de carga o lo llenamos de cosas que no deben estar ahí, estamos colaborando a hacerlo más pesado, a exigirle más a la suspensión, por no hablar de que el gasto de combustible aumenta considerablemente.

Cuidado con los contenes.

Estacionarse a la prisa y sin el debido cuidado puede acarrear golpes continuos en las llantas que a la larga provocarán protuberancias y daños a los aros, que en casos extremos, pueden originar fugas de aire.

El aspecto a chatarra. 

Cuando tu auto sufre un rayón, un golpe leve, cuando los bumpers o los faroles se rompen y lo dejas así y nunca lo reparas, automáticamente estás permitiendo que tu auto se convierta en una carcacha, poco a poco.

Recuerda que al final del día, tu coche es un bien que aunque no se revaloriza como una casa, el mantenerlo en buen estado ayudará a que consigas un mejor precio de venta. Además, no debemos pasar por alto que reparar a tiempo un detalle del auto, ayudará a que el costo se la reparación no se eleve conforme pase el tiempo.