Con el paso del tiempo, el polvo, la lluvia y sol, provocan pierdan nitidez, afectando la iluminación.

Su mantenimiento es importante. Independientemente de la tecnología de iluminación que tenga los faros de tu auto (luces de halógeno, luces xenón o luces LED) la cubierta está hecha de de policarbonatos plásticos que pierden su transparencia con el paso del tiempo. Su naturaleza es porosa y por ello los fabricantes colocan una película protectora que la mantiene en buen estado hasta que los elementos externos del medio ambiente la destruyen y se va haciendo opaca.

 

La mejor forma de prevenir la opacidad es con una limpieza frecuente de esa zona, independientemente si se lave, o no, la totalidad del vehículo.

Otra forma de cuidarlos es lavarlos siempre que el auto esté frío, es decir que no haya estado expuesto al sol, ni tampoco lavarlos bajo él. Los cambios de temperatura afectan el terminado del policarbonato.

Para limpiar la opacidad de los faros necesitarás una cubeta con agua limpia, esponja, jabón para auto, cinta adhesiva, lijas de diferente grosor, una máquina pulidora y un líquido o cera para pulir plásticos.

El primer recurso es lavar los faros, de la manera tradicional, con una esponja, agua y jabón (el mismo que usas para el cuidado de tu auto). Talla con la esponja la superficie del plástico. Posteriormente enjuaga y seca con un paño limpio.

Si la opacidad de los faros no es intensa puedes intentar, después de lavarlos, limpiarlos con pasta de dientes. El carácter abrasivo de este producto ayudará a limpiar y pulir el policarbonato de los faros. Pon un poco de pasta sobre un paño limpio y extiéndela ligeramente sobre la superficie. Deja actuar por unos minutos, enjuaga y seca. No uses pasta de dientes con perlas o cristales, ya que podrían dañar el plástico.

Si lo anterior no fue suficiente para recuperar el brillo, entonces habrá que pulir la superficie. Para ello necesitarás lijas de diferentes grosor, cinta para enmarcar los faros, una máquina pulidora, una crema, cera o líquido pulidor especial para superficies plásticas, que no sea abrasivo. Recuerda que queremos mantener el brillo del faro como recién salido de agencia.

Lava y seca el faro perfectamente. Coloca la cinta en su contorno, de tal forma que protejas la pintura del auto. Pasa la lija siempre en línea recta, nunca en forma círcular, para no arañar la superficie. Lo ideal es que empieces con la lija más gruesa, después la mediana y al final la más delgada.

El último paso será aplicar el pulimiento líquido para plásticos. Hazlo con un trapo seco y limpio o con la máquina pulidora y pásala por toda la superficie hasta obtener el brillo que deseas.

Ya sea que apliques la cera o líquido pulidor con trapo o máquina pulidora, tal vez necesites repetir el procedimiento según el grado de opacidad que haya tenido el plástico, así como la claridad y nitidez que desees.

Es recomendable aplicar un revestimiento UV (en spray o película protectora) resistente a altas temperaturas, pues con la lija lo retiraste. Eso alargará la vida de tus faros. De lo contrario tendrás que realizar el proceso de limpieza de faros una vez al mes para evitar que se vuelvan amarillos.

Si los faros tienen acumulación de líquido por la parte interna, esto es señal de que el junta térmica que los protege se ha dañado. Esto a veces también sucede cuando se instala un kit de protección para los faros, lo que conlleva la colocación de un cable de acero para sujetarlo bien a la carrocería, procedimiento que frecuentemente rompe el sello térmico. Ante esta situación es impostergable el reemplazo de las juntas.